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Formentera

La isla obtiene su carácter del propio aislamiento, se separa del continente y de esta manera se mantiene en un estado más autóctono, menos contaminado. Esta barrera contiene la superpoblación humana que puede darse en otros lugares, y su propia condición de isla graba en la conciencia de sus habitantes el concepto de terreno limitado, de escasez de recursos, de obligado comportamiento sostenible. Por eso mismo una isla siempre transmitirá esa imagen de paraíso, de refugio donde acudir, de lugar seguro donde los paisajes no se alterarán.

Las islas Baleares, están en realidad unidas a la península, el sistema bético se sumerge en el mediterráneo y vuelve a emerger creando Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera y sus islotes. Teniendo el mismo clima que el levante peninsular, las islas tienen la condición añadida de contar con costas orientadas a todos los puntos cardinales.

Jávea es la parte de la península que más se aproxima a las Baleares. No es extraño divisar en los días claros el extremo occidental de Ibiza desde el cabo de San Antonio o desde el cabo de la Nao en Jávea. Pero esta proximidad no es solo física. La geomorfología, el paisaje, el clima, la cultura agrícola y las costumbres sociales y culturales, conceptos que son de hecho dependientes entre sí, son muy similares por no decir casi idénticos en algunos casos.

Si en Jávea y Denia encontramos la piedra Tosca, en Mallorca y Menorca encontramos la piedra de Marés, que tiene idéntico origen geológico y es muy similar en su composición química.

Justo es en el Cabo de San Antonio javiense donde se encuentran endemismos compartidos con las Baleares, especies vegetales que requieren esas determinadas características que solo se dan en ambas zonas, grietas en acantilados de umbría con salpicadura marina, pequeñas mesetas en acantilados de solana con escasez de humedad...

Es, por todo lo anterior, lógico que el paisaje sea el mismo, el paisaje que se genera a las faldas del Montgó se extiende bajo el mar para cubrir también las islas. Las Sabinas de Formentera, las Jaras de la Plana de Jávea, el Lentisco, las Higueras (que en Formentera se apoyan en estalones, en muletas para extender su sombra y dar cobijo a las cabras), la Viña (que en Jávea y Denia escaló las laderas aterrazándolas durante la segunda mitad del siglo XIX), el Algarrobo (el árbol llamado "gasolinera de los romanos"), el Olivo, el Almendro... son especies que encontraron el mismo entorno climático o que vinieron con los mismos pobladores.

Siendo Formentera una de las islas menores de las Baleares y estando tan próxima a Jávea, es muy recomendable su visita o conocimiento, ya que si en Jávea se ha mantenido un paisaje menos antropizado que en su entorno, en parte debido a los escasos medios de comunicación que la conectaban con el resto del continente, en Formentera esta hecho ha sido más fuerte por su condición de isla. Y es por esto y por todo lo anterior que recomendamos su visita, porque desde nuestro punto de vista Formentera es una muestra de lo que pudo ser Jávea en el pasado y de lo que todavía puede ser en muchos aspectos.

Sirine Ghadban

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Referencias:

-X.SOLER, Jaume; SERRA, Lluís; TORRES, Juan; Guía botánica del Parc Natural del Montgó. Ed. Ajuntament de Xàbia. ISBN: 84-87898-24-6

-Consell Insular de Formentera, Govern de les Illes Balears

-Can Toni Blay, alojamiento en la isla. www.cantoniblay.com

-Fotografías de Sirine Ghadban, arquitecto. www.ghadbandepascual.com

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