El otro día visitamos esta exposición, Trazos en la arena, de Joaquín Sorolla, en el museo que fue su propia casa en Madrid. Una casa que está hecha con un poco de cada sitio. El jardín es mediterráneo, con influencia de la Alhambra, y dentro la cerámica valenciana está en las jarras y en las paredes. La casa, donde la luz es protagonista, ya muestra inquietudes propias de la arquitectura moderna de principios del siglo XX.
Encantados de contemplar la luz de sus pinceladas, nos quedamos con esta frase dando vueltas en la cabeza. Porque pone de manifiesto el hecho de pensar dibujando, o dibujar pensando: de la cantidad de significado hay detrás de un trazo. Un boceto, aunque no se materialice tal cual, siempre será un paso necesario para llegar al proyecto.
Sirine Ghadban