Los dueños de esta vivienda se enamoraron de la vida en el casco histórico en Jávea. La vivienda carecía de confort higrotérmico. La solución adoptada fue el empleo de nuevas ventanas cumpliendo el código técnico y suelo radiante eléctrico para no perder altura debido a que la teníamos limitada. Uno de sus mayores placeres es la gastronomía mediterránea, por tanto la casa se convirtió en una casa cocina.
Otro aspecto que requería especial atención era la falta de continuidad del espacio y luz insuficiente. Se planteó un espacio diáfano que comprende toda la zona de día con ventilación cruzada.
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