El conjunto parroquial “Virgen de Loreto” fue construido en el año 1961 según proyecto de los arquitectos GODB, en el puerto de Jávea. La nueva construcción, que sustituyó a la antigua ermita de los pescadores, se convirtió en la Parroquia del Mar. Se encuentra encajada en el apretado tejido de pequeñas viviendas y algunos edificios residenciales. Sus dos edificaciones principales: la capilla y las dependencias parroquiales se disponen en los límites del solar, dejando un espacio libre central y ajardinado que sirve de acceso. Las dependencias parroquiales se organizan con geometría regular junto a la medianera de la parcela. Y la capilla de formas curvas queda exenta junto a la calle, y cobra todo el protagonismo.
Vistas al mar, Sea view, Meerblick, Vue a la mer...
Ver el mar es algo agradable, relajante, para la mayoría de todos nosotros. Quizás porque está vacío: porque no hay nada más que agua, y cielo, naturaleza en estado puro. En Jávea la vista al mar es especial, es única, el paisaje mediterráneo se abraza con el azul del mar y del cielo en composiciones impresionantes. Cada persona que tiene la posibilidad de disfrutarla la recordará largo tiempo. Probablemente sea una razón por la que tantos que han pasado por aquí vuelven. Cada mirador tiene una vista asociada, llena de contenido, llena de información.
Lo que hace no mucho fuera llamado el amanecer de España sigue siendo hoy un entorno que disfruta de cielos infinitos, potentes tormentas y un agua tan transparente como el aire del cielo. En Jávea se ve un horizonte distinto cada día y cada momento. Las texturas del mar y del cielo compiten con la de la vegetación y la roca, o la complementan con un contraste dirigido por la luz del sol.
Fotografías actualizadas en junio de 2015. © Sirine Ghadban.
La piedra es uno de los materiales más antiguos usados por el hombre para la construcción, y uno de los más duraderos, dado que se emplea directamente, sin realizar ninguna transformación que cambie sus propiedades principales.
Desde las primeras actividades agrícolas surge la necesidad de limpiar el campo de cultivo de piedras para facilitar esta labor. La consecuencia lógica es la formación de abancalamientos o aterrazamientos en zonas de terreno inclinado, la delimitación de distintas propiedades mediante muros, o los menos frecuentes clopers (mallorquines), acumulaciones de piedras en zonas no aptas para el cultivo, de imagen escultural.
Como toda tradición cultural y creada por la necesidad, esta técnica ha ido transformando lentamente el paisaje y entrando a formar parte de él de manera natural, al tratarse de una simple “ordenación del campo”, cambiar unas piedras de sitio.
Desde este primer concepto se podrían agrupar todas las modalidades de lo conocido como “pedra en sec”, que promueve la defensa de este patrimonio, presente en la región mediterránea de Cataluña, Comunidad Valenciana, Islas Baleares y sur de Francia, con la Declaración de Torroella de Montgrí, del 24 de octubre de 2004.
Hoy en día, en la Marina Alta, estos muros conocidos como “márgenes” han evolucionado ganando altura y resistencia con la ayuda de otros materiales más actuales, como el cemento para dar estabilidad al interior del muro. Y, gracias a la técnica del picapedrer o margenero, se crean muros de contención de muchas edificaciones y calles. Son múltiples las posibilidades o acabados, dependiendo del material elegido, dureza de la piedra y la técnica o habilidad empleadas.
Aparte de soluciones más convencionales o decorativas como los chapados o revestimientos, alejados de este concepto, existen otras soluciones constructivas que derivan de esta técnica, como son los gaviones o los muros de escollera, ambos empleados para grandes contenciones o nivelaciones de terreno.
Sirine Ghadban